Narrativas mediáticas y sus límites sobre la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS)

Este informe examina críticamente las narrativas mediáticas predominantes sobre la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). Mientras que la cobertura convencional suele presentar a la OCS como un bloque liderado por China, un contrapeso a la OTAN o un “club” de estados autoritarios, estas representaciones simplifican en exceso una realidad más matizada. Basándose en informes mediáticos, análisis de políticas y teoría de relaciones internacionales, este informe sostiene que la OCS funciona como una plataforma inclusiva, flexible y no vinculante para la cooperación pragmática entre los estados euroasiáticos, reflejando el multipolarismo, el institucionalismo y un enfoque de gobernanza basado en la soberanía.

ARTICULO ANALITICO

stephanie Mwangaza Kasereka

9/5/20255 min leer

A. Introducción

Del 31 de agosto al 1 de septiembre de 2025, Tianjin fue sede de la cumbre de la OCS, a la que asistieron diez estados miembros, cuatro observadores y seis socios de diálogo. La Organización de Cooperación de Shanghái desempeña un papel cada vez más relevante en la política euroasiática, sirviendo como plataforma para la coordinación de seguridad regional, la cooperación económica y el compromiso diplomático en Asia Central y del Sur.

Los medios enfatizaron tres narrativas dominantes: (1) la OCS como un bloque liderado por China, (2) la OCS como un contrapeso estratégico a la OTAN, y (3) la OCS como un club autoritario. Si bien estas narrativas son predominantes, oscurecen las funciones centrales y la flexibilidad de la organización, planteando interrogantes sobre cómo la OCS influye en la seguridad regional y la cooperación económica.

B. Antecedentes históricos

La OCS surgió del grupo Shanghai Five—China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán—formado en la década de 1990 para resolver disputas fronterizas y fortalecer la seguridad regional. En 2001, el grupo evolucionó hacia la Organización de Cooperación de Shanghái, ampliando su agenda a la lucha contra el terrorismo, la cooperación económica y el intercambio cultural. Uzbekistán se incorporó en 2001, India y Pakistán en 2017, Irán en 2023 y Bielorrusia en 2024, diversificando la membresía y las prioridades de la organización.

C. Narrativas mediáticas
1. OCS como bloque liderado por China

Los medios suelen enfatizar el papel económico y diplomático dominante de China, presentándola como el líder de facto de la organización (Reuters, 2025; E-International Relations, 2013). La participación destacada de Xi Jinping y las inversiones de China en la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) en Asia Central refuerzan esta percepción. En la cumbre de Tianjin de 2025, China anunció un fondo de infraestructura transfronterizo de 10 mil millones de dólares y un plan de facilitación comercial regional, destacando su influencia en la agenda económica de la OCS (The Times of Central Asia, 2025).

Sin embargo, la OCS opera bajo un modelo de consenso, que requiere la aprobación de todos los miembros para adoptar decisiones. Esto otorga a los estados más pequeños la capacidad de influir en los resultados. Los académicos sostienen que la OCS es una plataforma donde múltiples potencias negocian su influencia, equilibrando la soberanía frente a la autoridad de China (Springer, 2025a; Springer, 2024). Por ejemplo, India retrasó la aprobación de varias propuestas comerciales en Tianjin, subrayando los límites de la influencia unilateral de China. Aunque el liderazgo chino es significativo, la estructura basada en el consenso impide que la OCS funcione como un bloque exclusivamente liderado por China.

2. OCS como contrapeso a la OTAN

Algunos medios presentan a la OCS como un equivalente euroasiático de la OTAN (AP News, 2025). Esta comparación es engañosa. A diferencia de la OTAN, la OCS no posee una cláusula de defensa colectiva ni compromisos militares vinculantes. Su agenda de seguridad se centra en terrorismo, extremismo y tráfico de drogas.

La diversidad interna de la organización también debilita la idea de un bloque unificado. India y Pakistán, así como Rusia y los estados postsoviéticos, continúan gestionando sus tensiones bilaterales de forma independiente. Los académicos describen a la OCS como una institución funcionalista, que permite cooperación en asuntos prácticos sin exigir alineación ideológica (IJORS, 2015). En la cumbre de 2025, India y Pakistán participaron en diálogos antiterrorismo mientras mantenían posturas de seguridad separadas, ilustrando que la OCS es una plataforma de coordinación y no una alianza militar.

3. OCS como un club autoritario

Una tercera narrativa común presenta a la OCS como un “bloque autoritario”. Aunque varios miembros no son democráticos, esta caracterización ignora la participación de India y la orientación pragmática de la OCS (AP News, 2025). Otras organizaciones multilaterales, incluidas la ONU y la Unión Africana, también incluyen estados con sistemas políticos diversos, demostrando que la heterogeneidad de regímenes no es exclusiva de la OCS.

Algunos estudiosos argumentan que la OCS puede facilitar la difusión de normas autoritarias en áreas como la gobernanza de Internet y la coordinación regulatoria (ResearchGate, 2024). Sin embargo, esto no constituye una identidad autoritaria unificada. Las instituciones lideradas por Occidente también cooperan con estados no democráticos cuando los intereses estratégicos coinciden. La cumbre de 2025 mostró este pragmatismo: Irán y Bielorrusia llevaron a cabo diálogos económicos conjuntos sin modificar sus gobiernos internos, destacando la flexibilidad no ideológica de la OCS.

D. Perspectivas teóricas

La estructura de la OCS y sus representaciones mediáticas pueden entenderse mejor mediante la teoría de relaciones internacionales. Cuatro perspectivas son particularmente útiles:

1. Institucionalismo
La toma de decisiones basada en el consenso ejemplifica principios institucionalistas, permitiendo cooperación sin comprometer la soberanía. Los miembros más pequeños y democráticos, como India, pueden influir en los resultados, evitando la dominación por China o Rusia. Esto explica por qué la OCS funciona como un foro de coordinación y no como una alianza jerárquica.

2. Multipolaridad y estrategia de compensación (Hedging)
Los estados regionales utilizan la OCS para equilibrar la influencia de China y Rusia mientras mantienen opciones de política exterior independientes (Springer, 2025a). Por ejemplo, India aprovechó la cumbre de 2025 para profundizar vínculos con estados euroasiáticos mientras preservaba relaciones globales. La OCS refleja multipolaridad y estrategias de compensación, explicando por qué participan estados rivales.

3. Regionalismo autoritario
Algunos miembros coordinan normas de gobernanza, políticas de ciberseguridad y marcos regulatorios sin imponer conformidad ideológica. Esto refleja cooperación pragmática más que la creación de un bloque autoritario unificado.

4. Seguridad ontológica
El liderazgo inicial de China ayudó a estabilizar la Eurasia postsoviética mediante la institucionalización de rutinas y prácticas. Las cumbres anuales, las declaraciones conjuntas y los procesos institucionalizados refuerzan la predictibilidad y la confianza entre los miembros, reduciendo la incertidumbre y contrarrestando la imagen de la OCS como un bloque rígidamente antioccidental.

E.Conclusión

Las representaciones mediáticas de la OCS como un bloque liderado por China, un contrapeso a la OTAN o un club autoritario simplifican en exceso su complejidad. En la práctica, la OCS funciona como un foro inclusivo, flexible y no vinculante que permite la cooperación pragmática entre estados euroasiáticos diversos. Para responsables políticos y académicos, la OCS demuestra cómo los marcos institucionales multipolares pueden abordar desafíos regionales sin comprometer la soberanía.

Este análisis subraya la necesidad de que los medios superen las narrativas simplistas, reconociendo el papel de la OCS como plataforma de negociación, coordinación y resultados mutuamente beneficiosos. En última instancia, la OCS evidencia la utilidad del multilateralismo orientado a procesos en un mundo multipolar, donde los estados deben perseguir ganancias compartidas mientras gestionan los inevitables compromisos.

Referencias